No sé cómo comenzar a escribir todo esto, porque para
comenzar, yo siempre me ponía contento, era algo así como demasiado especial
poder sentarme, pensar, hablar y transmitir todo lo que sentía por medio de una
carta, por medio de un mensaje, un vídeo. Y ahora estoy aquí, escribiendo una carta,
una carta que será distinta a las demás. Y aún sigo sin saber cómo iniciar a escribirte,
y a pesar de que siento estando en mi
cabeza, a pesar de que sigues estando ahí, en ese pequeño lugar que era tan
importante, ya nada es igual, cada vez que pienso en ti lo único que puedo
hacer es llorar, sentir un dolor tan grande en mi pecho que simplemente, yo no
puedo soportar.
Pero tampoco quiero hacer de esta, mi última carta, algo
triste, seco, sin emociones, quiero hacer eso que siempre solía hacer cuando te
escribía, simplemente mostrarte lo que siento, simplemente decirte lo importante que eres y lo que
significas. Que ahora ya es distinto, que ahora es “Lo que significaste”, no
importa, solo quiero abrirte mi corazón una vez más y sacar todo esto, que un
día, decidí guardarme.
A mí me delata la mirada jajaj las palabras, mi sonrisa o
mis lágrimas, puedes ver que aún sigo siendo débil ante ti, aún caigo rendido a
tus pies, tu voz, tus sonrisa, tus ojos,
toda tú, eres simplemente preciosa, tu forma de ser, tu manera de expresarte,
tu forma de pensar, tus labios tan pequeños pero que eran tan lindos, tan
hermosos… eras simplemente mi luz, mi diosa, mi religión. Había visto en ti esa
persona que me llenaba en todo, cualquier espacio vacío, cada lugarsito que me
causará sufrimiento, tristeza, soledad, esos lugares fueron llenados con tu
luz, con tu amor. Vivía en un mundo de fantasía, un mundo donde todo salía
bien, solía pensar todos los días que contigo me casaba, que vivíamos juntos en
una casa cómoda, con nuestros hijos, que llegando a casa me dieras la
bienvenida con un fuerte beso. Simplemente quería mi vida contigo, a tu lado,
no podía imaginar nada más, no podía imaginar estar con nadie más. Te entregue
mi vida, te entregue mi corazón, mi presente, pasado y futuro, fue a ti sin
miedo a nada, sin miedo a perder.
Recuerdo todas esas noches de risa, de amor, de pasión, esas
noches en que éramos solo tú y yo, que en todo este inmenso mundo solo estábamos
nosotros dos, reírnos de cualquier cosa, hablar de los temas más
insignificantes, simplemente abrir mi corazón y hablarte, hablarte. Recuerdo
que siempre te decía “ero habla tú ahora”, y cuando decías “Es que me gusta
escuchar tu voz” wow, me sentía tan grande, tan importante, tan especial. Esas
noches que, aunque pasáramos días horribles, tú y yo nos entendíamos a la
perfección, hacíamos que nuestros días tuviesen sentido, podíamos sentir se
amor en nuestros corazones. Esas noches donde simplemente dejábamos todo de
lado y nos entregábamos el uno al otro. Tu risa, tu voz, cada vez que la
escuchaba era como viajar, como estar en el lugar más hermoso del mundo, como
si todas mis fantasías, todos mis sueños se hicieran realidad. No puedo
describirte con palabras como me sentía en ese momento, en esos instantes de
suma felicidad, me sentía tan bien contigo, me sentía tan vivo a tu lado.
Poder hablarte y
aconsejarte, poder escuchar como eras feliz conmigo, que me dijeras que yo, YO
te hacía feliz. Siempre di todo de mí, siempre te entregue todo, pero dentro de
mí sabía que no era suficiente, que todo lo que daba no era suficiente, me
sentía tan impotente, tan desesperado de poder darte más, de poder brindarte
más de lo que yo podía dar. Te merecías el mundo entero y yo solo te daba una
rosa. Pero yo, ¿yo no podía sabes? No podía impedir sentirme tan jodidamente
feliz a tu lado, no podía dejar de sonreír cada vez que te hablaba, cada vez
que me escribías, cada vez que podía ver tu sonrisa, tus ojos, me derrotaste en
muchas ocasiones, yo de verdad no podía mantenerme firme cuando estabas a mi lado, era un niño, un niño mimado, tenía
todo lo que un día pude imaginar, tenía felicidad, amor, cariño, paz, una chica
que me amaba tanto como yo la amaba a ella, te tenía a ti y eso era suficiente
para hacerme realmente feliz.
Y por eso luchaba día y noche por lograr hacerte feliz, por
impedir que algún día volvieras a llorar, que algún día volvieras a desear
estar sola, por un tiempo, por un largo tiempo así lo sentía, sentía que si pude
lograr eso. Te juro que te entregue mi vida, te juro que simplemente me
entregue a ti por completo, y tú más que nadie sabe que eso es verdad. Lograr
que sonrieras, lograr que te sintieras cómoda, feliz era mi mayor sueño, era mi
mayor deseo, incluso en esos días en que todo se me venía encima, en que quería
llorar, gritar, en que mi corazón estaba destrozado por alguno de mis múltiples
problemas, si me decías “Te necesito”, solo dejaba eso de lado y corría a
ayudarte, para mí tú eras todo, para mí tú eras lo principal. Poder ayudarte,
poder hacerte feliz, poder brindarte todo mi apoyo incondicional. Eras mi niña,
mi chica hermosa, mi niña consentida, por ti podría dar hasta mi vida, tus
problemas, tus miedos, tus sueños, tu sufrimiento, tu dolor, todo lo que
tenías, todo lo que sentías, a todo lo que le temías, yo me ofrecí para
ayudarte con toda esa carga. Y era lindo, porque así como yo te ayudaba, como
yo te daba mi vida, mis fuerzas, mi valor, tú también lo hacías por mí. Es por
eso que veía esta relación tan fuerte, tan hermosa, tan perfecta. Nos ayudábamos
mutuamente, si uno caía el otro lo ayudaba a levantarse y si no lo podía hacer,
se agachaba y lo acompañaba para que, a sí esté metido en la mismísima mierda,
supiera que no estaba solo y que ahí, tenía a una persona que lo ama, y que
puede contar siempre con su ayuda.
¿Recuerdas ese día en que decidimos que nombre tendría
nuestra niña? Es una de las noches más hermosas que he vivido en toda mi vida,
en serio, y que en una noche tan mágica, tan hermosa como esa saliera Nirvana,
no sé, yo de verdad no lo puedo olvidar, no lo puedo dejar de lado. Es que han
sido tantos momentos joder, tantas alegrías, tantas risas, tantos días en que
en ningún momento me habría imaginado estar pasando por el infierno en el que
estoy ahora. Recuerdo que en esos días te decía que yo ya ni recordaba cómo es
que un día me la pasaba llorando, me sentía solo, triste, sin nadie a mi lado y
ahora, ahora como me gustaría volver en el tiempo para regresar a esos días,
para volver a sentir lo que en esos días sentía, porque ahora no siento más que dolor, más que
tristeza, más que un vacío enorme en mi pecho el cual no sé cómo llenar. Así
como te lo decía muchas veces, en esos momentos era el hombre más feliz del
mundo, estaba viviendo mis sueños, estaba en un lugar del cual no quería salir,
pero sabía que si te perdía, que si te ibas iba a conocer un dolor que jamás en
mi vida había conocido. Y aquí estoy, escribiéndote esto, sin fuerzas en mi
corazón, pensando en que será de mí, que voy hacer… pensando que la razón de mi
felicidad simplemente se ha ido, que mi niña consentida simplemente se fue.
Y aún estoy tratando
de explicarme, ¿desde cuando tomamos caminos distintos? ¿En qué momento nos
separamos? Siempre me sentí fuerte contigo, siempre sentí que caminábamos juntos,
cada vez que te sentía malita simplemente te extendía mi mano. Intente jamás te
deje sola, prometí que haría hasta lo imposible para que no volvieras a sentir
eso, para que no volvieras a sentir la soledad, y no sé, no sé si de verdad lo
logre, luego de saber las últimas cosas no sé si de verdad pude hacer eso. Pero
lo que sí sé, es que te lastime mucho, es que yo, la persona que juro cuidarte,
que juro defenderte, que prometió que jamás volverías a llorar, fue el que más
daño te hizo, fue el que más veces te hizo llorar, y yo, de verdad, aunque pasen años no podré
perdonarme eso, no podré perdonar todo lo que un día te hice, todas esas veces
en que, por mí culpa tuviste que pasar momentos horribles, que tu hermosa sonrisa,
tu hermosos ojos tuvieron que ser bañado con tus lágrimas, con lágrimas de
dolor, tristeza, me arrepiento muchísimo de haberte causado tanto dolor, tanto
daño.
Yo de verdad te amé, yo de verdad te amo, y no voy a
justificar todas esas veces en que por mí culpa tuviste que llorar, pero en
serio que te amé con todas las fuerzas de mi corazón. Y yo sé, yo sé que lo
mejor es que te alejes de mí, encontraste a alguien más que pudo darte lo que
yo nunca te pude dar, una persona que pudo demostrarte su amor mucho mejor de
lo que un día yo lo hice. Aceptar que te habías enamorado de alguien más no fue
fácil, a pesar de que por mucho tiempo lo sentía, fue muy difícil de aceptar,
todas las noches pensaba: “Mi niña, mi
amor, no puede ser que la esté perdiendo, necesito hacer algo pero ya nada de
lo que hago será suficiente, siento como pierdo valor en tu corazón y no sé qué
hacer, tengo miedo, tengo muchísimo miedo, ya no puedo dejar de llorar al
pensar que yo no te hago feliz, al pensar que pronto decidirás alejarte de mí,
te amo, desde aquí, desde mi habitación te grito, TE AMO, pero ya no haré nada
para detenerte, si esa persona está haciendo que vuelvas a sonreír, ¿quién soy
yo para quitarte eso? Ya te he quitado mucho, ya has sufrido mucho a mi lado y
no quiero, que por mí culpa, pierdes esto que te está haciendo feliz una vez
más.”
A pesar de que te pregunte “¿Por qué?”, a pesar que te pregunte
desde cuando había sido, yo ya lo sabía, esos días en que te pedía no hacer “x”
cosa, era porque de verdad me lastimaba, de verdad me dolían; eran como
intentos vanos para que me volvieras a prestar atención, para que volvieras a
ver que yo aún te seguía amando, pero lo único que hacía era alejarte más y
más, lo único que hacía era hacerte llorar y que ese chico, fuese la única
fuente de felicidad que podías tener. Yo por un momento, sí, intente ganarte de
nuevo, intente no dejar que esa persona llegará y te robará, pero lo pensé
muchas, muchas veces, y me pregunte, ¿por qué luchas? Yo en todos estos años
luche por tu felicidad, para que te sintieras cómoda, feliz, tranquila, era
algo que me llenaba, algo que me parecía especial, hermoso. Por eso nunca me
iba, a pesar de los problemas, a pesar de que muchas veces intentaron
separarnos, ver tu tristeza, ver que era yo quien te podía hacer feliz, no
podía evitarlo, no podía irme, tenía que luchar, luchar, luchar para que
volvieras a tener una sonrisa, para que siguieras siendo feliz. Y cuando se me
presento este nuevo escenario, cuando en realidad tú ya estabas siendo feliz, fue cuando me
pregunte ¿Por qué luchas? ¿Por tu felicidad? ¿Para que ella vuelva? ¿Para que
ella sea feliz? ¿Por qué luchas?, y lo comprendí, estaba siendo egoísta,
demasiado, demasiado egoísta, te estaba exigiendo que te quedarás conmigo solo
porque yo me sentía bien contigo, pero en ningún momento, pensé en que si tú,
te sentías bien a mi lado; así que baje los brazos, deje que siguieras, poco a
poco te iba perdiendo más y más, me decías que estabas confundida, que me
seguías amando y que nadie podía ocupar nunca mi lugar, que no ibas a poder
tratar a alguien como me tratabas a mí. Una de las cosas que me dejaron así
como “mmm”, fue cuando dijiste que “Lo mejor que quiero en este momento, es un
novio”, y a pesar de que en esos momento de verdad confié en tu palabra, en mi
corazón sabía, que yo era el problema, que yo era tu dolor y que necesitabas
apartarte de mí para poder darte la oportunidad de ser feliz, con esa persona,
que ahora amabas.
Y no, no quiero hacerme el fuerte, el mejor de todos ni
mucho menos, eso literalmente me mato, me destrozo, me sentí humillado, me
sentí simplemente un pedazo de mierda, yo me creía alguien tan grande, tan
importante, yo creía que había entrado muy profundo a tu corazón y que el
simple hecho de decirle “Te amo” a otra persona te iba a costar muchísimo y
cuando me di cuenta, cuando pude verlo todo simplemente me mataste. Y fui un
tonto, eso fue mi culpa, porque yo debí apartarme de ti, yo debí hacerme a un
lado y dejarte vivir tu vida, pero no, tuve que buscarte, tuve que buscarte… yo
creí que de verdad conocía el dolor, yo creí que de verdad conocía la soledad,
y en ese momento me di cuenta, que no conocía nada, que no sabía nada. El peor
día de mi vida, sin lugar a dudas fue cuando me paso “eso”, que no sabía en que
estaba pensando, era un problema que tenía dentro de mí desde hace años y al
sentir como si el monte Everest me caída encima, decidí hacerlo, y al ver tu
dedo, al ver tu desprecio, al llamarme “Manipulador”, rompiste lo poco que
quedaba dentro de mí, terminaste de quebrar todo lo que un día fui, todo lo que
un día sentí.
Y quizás para ti yo sea un monstruo, un manipulador, una
mala persona, yo lo único que busque, fue tu felicidad, fue que te sintieras
bien, tu felicidad era mi felicidad, tu sonrisa era mi sonrisa, tu dolor era mi
dolor. Levantarme todas las mañanas y mandarte los buenos días, que te vaya
bien en tus clases, antes de irme a dormir, así no estuvieses mandarte las
buenas noches, decirte cuando te amo, cuando te quería, pasar el día pensando
en ti, saber que si me pasaba algo podía correr y contártelo a ti. Saber que
una persona en este mundo, se la pasaba pensando en mí, que me amaba y lo que
quería era seguir conmigo siempre, wow, yo
a pesar de todo te sigo amando, te sigo queriendo, eres alguien
sumamente importante para mí. Ya sé que mi sola presencia hace que te sientas
mal, triste, y que la única forma de que de verdad estés feliz, es que yo me
aleje de ti, pero no tienes idea de lo difícil que es alejarse de la persona
que amas. Y a pesar de que estoy feliz de que puedas sonreír, que puedas pasar
tus días como siempre habías querido, mi corazón lleva sus mismas cuerdas, y
cuando él quiere llorar, bueno, yo no puedo hacer nada.
Y aquí comienza mi despedida, déjame abrirte mi corazón una
vez más, porque de verdad te quiero, te amo, eres mi todo, eres mi vida, fuiste
la persona más preciada para mí en este mundo, la que me escucho por primera
vez, con la que un día logre abrir mi corazón, la que me permitió oír “Tu vales”,
estoy agradecido contigo por haber estado conmigo en esos días oscuros,
tristes, fríos. Por haber pasado tantas horas hablándome, tantas horas
soportando a este loco, llorón, cursi y sensible. Lograste cambiar mi manera de
ver la vida, lograste que viera que en este mundo sí había personas que valían la
pena, personas a las cuales uno puede amar, querer, apreciar. Y a pesar que la
vida decidió que no eras para mí, que teníamos que tomar caminos diferentes y
que las cosas al final terminaron de la peor manera, siempre tendrás un lugar
especial en mi corazón, no me arrepiento lo que viví contigo, me hiciste feliz
y eso siempre, siempre lo recordaré.
Gracias por todo, gracias por tanto, gracias por hacer de
mis días algo más bonito, más tranquilo, gracias por darme un motivo para
sonreír, para levantarme siempre con una sonrisa, para volverme adicto al
teléfono. Gracias por perdonar mis tonterías, por comprenderme y escucharme,
por entender mis cosas y apoyarme, gracias porque a pesar de todo, a pesar que
estabas mal, triste, siempre tenías un espacio para ayudarme, para apoyarme.
Gracias por hacer que estos últimos años, yo haya podido sonreír, por brindarme
tu amor incondicional, por creer en mí, por creer en esta relación. Gracias por
confiar tanto, tanto en mí, por abrirte completamente conmigo, sin miedo, sin
pensar que yo algún día iba a poder señalarte por tus miedos, tus cosas.
Pero tampoco puedo seguir haciendo lo mismo, así me muero por
andar llorando y llorando y no, ya no quiero seguir así, decidí darme una
oportunidad, decidí intentar volver a ser feliz. Me va a costar mucho
superarte, superar todo esto, pero quiero comenzar este camino, gracias a dios
pude iniciar un nuevo proyecto, del cual estoy completamente orgulloso. Y es lo
último que quiero decirte, gracias por todo y que sepas, que voy a darme una oportunidad
y luchar por mí. Me la pase pidiéndote una oportunidad pero nunca me di una
oportunidad para mí mismo, y es lo que quiero hacer.
Con el corazón en la mano me despido, gracias por tanto,
espero que te vaya bien en esta nueva etapa de tu vida, que de verdad hayas
encontrado al indicado para ti, cuídate, que tengas una linda vida, siempre estarás
en mi corazón, siempre te tendré aquí, en este lugarsito que ahora mismo está
hecho pedazos, pero que yo sé, que un día volverá a ser el mismo de antes.
Adiós mi niña hermosa, adiós mi niña linda, la cosita más hermosa
de este mundo, la princesita más perfecta de la tierra, mi niña consentida, el
amor de mi vida, la niña que un día, se robó mi corazón.